13.4.13

Diario de una sapiosexual (II). Por qué los machos alfas para nosotras son analfas.



Este post está inspirado en una consulta que me hicieron hace poco.
¿Qué atrae a una sapiosexual?
Si la primera parte se la dediqué a las chicas incomprendidas,
ésta se la dedico a los chicos
independientemente de su condición.


El tema de las atracciones, las hormonas y las historias varias es peligroso para todos. Se abre ante ti un mundo desconocido de posibilidades infinitas. El problema está en que cuando empiezas a conocerlo en tus tiernos años de adolescencia, hay cosas que te impresionan. Si además eres sapiosexual, te detienes a analizar una serie de comportamientos que no entiendes del todo bien, aunque comprendas la utilidad final de los mismos.

Sin pretender hacer un manual acerca de cómo atraer a una sapiosexual, ciertamente hay una serie de cosas que nunca se deberían hacer. Esto afortunadamente no lo sabe todo el mundo, por lo que es fácil para una sapio descartar a posibles candidatos que pretendan seducirla con semejantes técnicas.

A saber, los piropos. Hay que saber que los piropos los carga el diablo y es recomendable tener extremo cuidado con ellos. Algunos están muy manidos de tanto usarlos, como “guapa”. “Guapa” es el piropo por defecto. Se puede usar, claro, pero no conviene abusar porque pierde el significado rápido. Cuando llamas guapa a la chica que te gusta, pero también a tus amigas, a tu madre y a tu perra, pues como que ya no es lo mismo. Por otro lado, un error común es, en un pretendido alarde de originalidad, complicar los piropos hasta convertirlos en frases de ligoteo (también manidas), que no sé qué es peor: “Ten cuidado que se te cae el papel... el que te envuelve, bombón”, “Eres tan dulce que haces que el azúcar sepa a sal”... a nivel personal incluso llegué a sufrir ese de “Si fueras bollicao, te comía hasta la pegatina”. Cómo se te queda el cuerpo.
Un piropo debe ser sincero, sencillo y estar dicho en el momento adecuado, evitando que se transforme en una coletilla o apelativo, porque pierde su efecto. Hay que tener en cuenta que para una sapio, alabar constantemente algo que ella no ha elegido es un error. Y me refiero al aspecto físico. Si tienes una personalidad que te has currado, ¿por qué sólo comentan lo guapa que eres? Puede llegar a ser frustrante.

Hay que mantener a raya los comportamientos robóticos. Si estás en la discoteca con tus amigas y se te acerca un chico con un Ey, qué pasa guapa (El ola k ase del messenger) te está dejando claras sus intenciones, pero también lo hace con una originalidad cuestionable. Cuando ve que contigo no tiene éxito, pasa a preguntar a otra eso mismito que te acaba de decir a ti y así se mueve por esos lugares, como en un bucle. Si empiezas a observar el comportamiento del muchacho en cuestión, recuerda a esas máquinas de tu infancia a las que echas una moneda, te subes encima, te da un paseo y te bajas, hasta que llega otra persona que echa una moneda y también se sube al hacerla funcionar. Porque da igual que te subas tú o que se suba otra, entiéndase el eufemismo. El Ey qué pasa guapa es mecánico, es ese cochecito que espera deslumbrarte con sus colores y su baño en colonia de dudoso gusto, esperando que eches la moneda y te subas. Con una sapiosexual no suele funcionar esta técnica. El maromo de discoteca debe buscar a la maroma de discoteca, que por si alguien tiene dudas, es esa chica a la que preguntas ey, qué pasa guapa y te responde con un jiji. Cada oveja con su pareja, ha sido así desde tiempos inmemoriales. Los mecanismos lingüísticos de selección natural están ahí, para qué negarlo.

Otro aspecto a tener en cuenta son las técnicas aversivas. Lo que comúnmente se denomina picar a la otra persona. Utilizado con mesura, tiene gracia. Es estimulante. Lanzar una pulla tras otra, como disparando proyectiles a discreción no mola. Puede cansar, cabrear o hacerte pensar que la otra persona es gilipollas y no entiende las señales de: tío, para ya. Quitarle la goma de borrar a la chica que te gusta y escondérsela tiene gracia una, dos, tres veces, espaciadas en el tiempo. Basar en la goma de borrar el 90% de tu relación con ella es tener muchas ganas de que te mande a la mierda.

Un tema delicado de tratar es el acoso. Hay personas que no entienden la sutil diferencia entre mostrar interés en alguien y perseguirlo hasta la puerta de su casa. Es difícil de distinguir, lo sé, pero hay que hacer un esfuerzo. Otra modalidad es enviar mensajes a todas horas o no entender que esa persona tiene vida propia, pudiéndote convertir en una molestia más que en una presencia agradable. En el equilibrio está la virtud, decía Aristóteles, y por más mal que me caiga, ahí (y en otras cosas) llevaba razón.

Así que, en definitiva, hay que usar el sentido común. No sólo con las y los sapiosexuales, sino con cualquier persona en general. Y si resulta que es el menos común de los sentidos, hay que ser cauto para no meter la pata.

O si no, tampoco hay que amargarse. Hay que tener en cuenta la selección natural, si pasa de ti es que no te conviene. Y así todo.

También te puede interesar la primera parte de esta entrega.


4 comentarios:

  1. Todo esto está muy bien , Lolita. Además está escrito con gusto y maestría, pero a las chicas se las llevan los guapos, independientemente del cociente intelectual.

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    1. Depende de la chica y depende del guapo. Ya escribí en la primera parte de esta entrega que a mí mis amigas me solían reprochar que no me gustaban los guapos a secas. Prefiero a un chico menos llamativo pero que intelectualmente me resulte atractivo a un guaperas sin trampa ni cartón. La belleza es subjetiva, de hecho es lo que estoy intentando defender con todos estos posts. Por supuesto hay gente para todo, y tías superficiales absolutamente, igual que hay tíos más simples que un boli bic.

      Hay que buscar a la oveja que a uno le convenga xD Y si no quieres oveja, pues las cabras también molamos.

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  2. me gusta, está interesante este asunto.
    hace poco le dije a un amigo, "las cosas a veces pasan por algo, cuando lo dejé con X me sentí fatal. ahora me alegro porque si no lo hubiéramos dejado no estaría con el Ross. y dentro de cinco o diez años, te diré pues menos mal que lo dejé con X y me casé y fui feliz con el Ross. o bien te diré, menos mal que al fin las cosas con el Ross no salieron porque ahora estoy con este otro que me hace tan feliz". es decir, que a veces las cosas salen o no y no hay que comerse la cabeza porque puede que el futuro esté a la vuelta de la esquina. quien sabe. ojalá debatamos pronto sobre ello.
    Un beso ;))

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    1. Muy de acuerdo.

      Si conviene, conviene, y si no... pues tampoco pasa nada. Ya convendrá otra cosa.

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