¿Cómo lo haces,
aprovechar cualquier rendija para colarte a pesar de que sellé hace
años todas las entradas...?
Sólo te basta una
palabra, tal vez ni siquiera eso, y apareces en mi sueño sonriendo
como siempre. Y no ha pasado el tiempo, yo sigo siendo la chiquilla
tímida y torpe de antaño escondida bajo el pintalabios, y a ti sólo
te basta mirarme para hacerme sentir que haría cualquier cosa por
ti.
Me hablas de tu futuro,
de tus proyectos, y yo te doy alas y te insuflo ánimo deseando que
si te vas al otro extremo del mundo, tal y como deseas, no me dejes
en el camino y me lleves contigo.
...me hubiera gustado tanto ver el
mundo a tu lado.
Una vez te tuve y te
perdí, así de rápido, como un parpadeo de labios: dos inconscientes jugando
al amor, apostando besos por mera diversión.
Y cómo no, hago gala
de mi inexperiencia y, queriendo arriesgar en el juego, apuesto el
corazón y pierdo.
Por eso ya no tengo miedo
a mis pesadillas, me persigue una manada de lobos y casi esbozo una
sonrisa, me caigo por un acantilado y mi único deseo es llegar al
final para seguir soñando algo más interesante... pero apareces tú
por las rendijas de mi inconsciente, sin ser llamado, y apenas me atrevo a retenerte
entre mis brazos. Durante el sueño estoy segura de que mi
respiración se hace más pausada, intentando detener un tiempo que
se me escapa entre los dedos.
Y me despierto temblando,
a veces ruedan lágrimas por la almohada, vuelvo a tener la misma
sensación de pérdida y derrota que me acompañará siempre, de que
te he tenido unos segundos y te he vuelto a perder sin poder hacer
nada.
Y ese es mi temor más
profundo, por eso mis sueños ya no me dan miedo y casi me producen
carcajadas... porque mi peor pesadilla es cotidiana.
Lo que realmente
me encoge el corazón y me hace desear la muerte es despertarme cada
día en un mundo en el jamás encontraré tu sonrisa al otro lado
de la cama.
Estremecedor...
ResponderEliminarTal vez no haya mayor impotencia que la de verse derrotado por el propio subconsciente.
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