Tantos prolegómenos para esta entrada me recuerdan al Vals del segundo de Les Luthiers.
Yo ya avisé que no era nada del otro mundo. Así os sabe a poco y pronto volvéis a por más. Así empiezan las adicciones, con una pequeña muestra. Una calada, un trago de licor, una mirada fugaz...
A mí me recuerdan más a la fábula de Esopo "El parto de los montes" (http://es.wikipedia.org/wiki/El_parto_de_los_montes)Bueno, una vez dejada esta chinchada, esperamos del ratón recién nacido grandes roídas.
Jajajajaja. Qué cabrón.
Tantos prolegómenos para esta entrada me recuerdan al Vals del segundo de Les Luthiers.
ResponderEliminarYo ya avisé que no era nada del otro mundo. Así os sabe a poco y pronto volvéis a por más. Así empiezan las adicciones, con una pequeña muestra. Una calada, un trago de licor, una mirada fugaz...
ResponderEliminarA mí me recuerdan más a la fábula de Esopo "El parto de los montes" (http://es.wikipedia.org/wiki/El_parto_de_los_montes)
ResponderEliminarBueno, una vez dejada esta chinchada, esperamos del ratón recién nacido grandes roídas.
Jajajajaja. Qué cabrón.
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