1.3.17

Mirar más allá


Recuerdo esa mirada. Tu mirada de desprecio. Desprecio hacia mis ideas, mis sentimientos. Ya había visto una muy parecida. Las personas egoístas parecéis todas hechas con el mismo molde. Todas alabáis la libertad ajena hasta que ésta empieza a discordar con vosotras y a poneros contra las cuerdas. No tenéis secretos para mí. Las que conozco tienen en común una cosa: muestran prejuicios por todo lo que yo soy capaz de amar en un golpe de vista. Esa es mi medida. Siento lástima por vuestro mundo tosco, gris y limitado; por vuestro espíritu y conciencia aún más pequeños y sesgados. Por tener el corazón tan estrecho. Trabajo cada día por ser lo opuesto a vosotras. Abrir tanto mi pecho que pueda ignorar vuestra pobreza en humanidad y hasta contemplaros con ternura, sabiendo que somos de especies diferentes y nuestro tiempo habla de cada cual. Hay quien malgasta su tiempo en odiar; hay quien invierte su tiempo en amar.

4 comentarios:

  1. Lo has explicado divinamente. El odio tiene mucho que ver con la intolerancia y, por lo general, la gente que actúa así no suele disfrutar con nada...
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Elvis. Estoy muy cansada de las personas que tratan de destruir por destruir, sin más. Un saludo.

      Eliminar
  2. Estoy completamente de acuerdo. No hay nada más triste que juzgar sin conocer y, lo que es peor, no darse la oportunidad de saber más o mirar con otro prisma.

    Por cierto soy Pérfida
    Un saludo coleguita

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Pérfida, qué bueno saber de ti :)

      Creo que hay muchos tabúes y estigmas que deberían ser pulverizados a la mínima ocasión. Qué aburridos son los prejuicios.

      Saludines :)

      Eliminar