Venus, la gata de dos caras
"Justo aquí está el equilibrio perfecto.
El encuentro de cielo y tierra.
No demasiado dios, no demasiado egoísta,
de otro modo la vida se vuelve una locura.
Si pierdes equilibrio, pierdes poder"
Come, reza, ama
Hoy es un día como
cualquier otro, por lo tanto, un día especial.
Antes, llegada a este
punto, solía mirar hacia atrás, comprobar cuánto había cambiado,
había crecido y toda esa parafernalia de comparación a la que los
seres humanos estamos tan acostumbrados.
El problema de mirar
hacia atrás demasiado a menudo es que terminas con tortícolis. Si
hubiésemos nacido para estar constantemente mirando hacia nuestra
espalda, lo hubiéramos hecho con la cabeza al revés.
A veces la naturaleza
descubre enseñanzas importantes desde la simplicidad que damos por
sentado y a la que no prestamos atención. Ésta podría ser una:
hemos nacido para mirar hacia adelante. Por curiosidad no puedo
evitar preguntarme dónde estaré dentro de un año, pero esa duda
realmente carece de importancia. Estoy hecha para caminar hacia
adelante. Ya llegará.
Sin embargo, importa más
mirar a tu alrededor, ahora mismo, en este preciso instante y ver
quiénes están a tu lado. Es bonito ver cómo cada vez hay más
personas y de mejor calidad, siendo ésto último lo importante.
Junto a personas que merecen la pena, uno no suma, multiplica. En
este mundo la belleza necesita urgentemente ser multiplicada y ésta
es nuestra misión, si es que hay alguna que merezca la pena
autoimponerse.
Me miro a mí misma,
tarea crucial en todo esto, y descubro esas pequeñas cosas que me
hacen ser como soy. Aprendo a comprenderme, a respetarme y a
perdonarme.
Entender mis cambios de
humor, por ejemplo, y saber respetarlos. Tomar una decisión y ser
consecuente. Comprender que da igual lo que haga la mayoría de las
veces, si una persona quiere permanecer a mi lado lo hará y si no
quiere, se irá. Preocuparme menos por el futuro. Dejar de intentar
complacer a los demás cuando no me apetece. Disfrutar de los
pequeños placeres que me ofrece el día: una taza de café, el
ronroneo de un gato, palabras de alguien que se preocupa por mí, el
atardecer que se ve desde mi ventana. La vida merecería la pena sólo
por estas cosas, pero resulta que hay mucho más. Hay días en los
que necesito comunicarme urgentemente con alguien y días en los que
me necesito a mí, sólo a mí, desesperadamente. Y todo lo demás
desaparece. Ésto último no todo el mundo lo entiende, pero es lo
que hay. Soy solitaria, siempre lo he sido, y no lo veo como algo
malo. Ser solitaria me ayuda a pensar, a saber prestar atención a la
música, a leer, a poner en orden quién soy. A las personas les
gusta sentirse necesarias para otros, pero no nos engañemos, lo
único necesario para una persona es ella misma. Lo demás es
opcional, accesorio y, muchas veces, pasajero.
Vengo de una familia de
mujeres inteligentes, fuertes, valientes, creativas, soñadoras,
risueñas, obstinadas, luchadoras, curiosas, sensibles... en una
palabra: sabias. Ellas son mi referente. Aprendo de sus errores
porque también han sido los míos, sus batallas son las mías y su
forma de vivir es un ejemplo para mí. Y todo esto, siendo cada una
maravillosamente diferente a todas las demás. Yo también soy
diferente y sólo aspiro a alcanzar algún día la calidad humana que
ellas poseen.
Hoy puedo permitirme
pedir un deseo. Un deseo que me hará feliz y que hará feliz a quien
quiera cumplirlo:
Si son mis pequeñas
particularidades las que me hacen ser yo, pido a quienes quieran
quedarse a mi lado que si me eligieron por ser diferente, nunca
esperen de mí que siga una trayectoria “normal”. Ni con ellos,
ni en mi vida. Ya intenté colmar las expectativas de los demás y el
resultado sólo fue que herí, me hice daño y me hicieron daño.
Yo soy como un gato: voy
y vengo, aparezco y desaparezco, caigo de pie, me lamo sola las
heridas. Me gusta el silencio, la curiosidad me puede, mi felicidad
es tumbarme junto a quien quiero, prefiero la noche al día, maúllo
cuando hace falta, siempre miro al mundo con los ojos muy abiertos.
Nunca doy lo que se
espera de mí, suelo dar lo que de mí no se espera. Esta
impredicibilidad puede sacar de quicio, pero quien me quiera, que se
aguante. Así de claro. Igual que yo aguanto en todo lo demás y,
creedme, aguanto mucho, muchas cosas. La vida siempre depara
sufrimiento y alegría, y esto es así invariablemente. Sólo puedes
elegir a quienes aliviarán el primero y potenciarán lo segundo, y
sólo lo harán si se sabe elegir bien. Una tarea tan jodida como
apasionante. Lo bueno (y malo) del asunto es que esto depende sobre
todo de uno mismo. Así son las cosas.
Lo siento. Gracias. Miau.
Hasta siempre.
Feliz cumpleaños
ResponderEliminarGracias, desconocido/desconocida.
EliminarTodo un autorretrato.
ResponderEliminarEntre las personas que te rodean no busques a los que sean y piensen como tu, sino a los que entiendan tu forma de ser y de pensar. Y respecto a lo bueno y lo malo de la soledad, lo dejo para otro momento que hay mucho que decir.
"Entre las personas que te rodean no busques a los que sean y piensen como tú, sino a los que entiendan tu forma de ser y de pensar". Eso debería estar escrito en más libros y dicho por más voces.
EliminarMe gustó. Si sabes perdonarte, sabrás perdonar.
ResponderEliminarNo podemos tratar a los demás sin saber cómo tratarnos a nosotros primero.
EliminarConocerse a uno mismo y aceptarse es el primer pasa para aprender a caminar. Aunque esto es como montar por primera vez en bici, siempre tienes a alguien cercano que está preparado para recogerte cuando caes.
ResponderEliminarCuídate.
Desde luego. Caminar solo es duro y poder contar con el apoyo de los demás cambia mucho las cosas. Sin los demás construirse a uno mismo sería aún más difícil.
EliminarSabias palabras :)
Me ha encantado. Mucha razón en tus palabras... quizás por eso pensé que cumplías muchos más de los que te caen en realidad. Sigue así, con los ojos abiertos como un gato, caminando a pasitos, como ellos hacia eso que quieres y lanzándote a cazarlo con decisión una vez que está a tu alcance.
ResponderEliminarUn beso enorme!!
Me engachas con lo que escribes... mucho
ResponderEliminarNo soy desconocida aunque no te suene el nick. todo el mundo tiene pasadizos en su vida y hoy he llegado por este hasta ti. No dejes de escribir. Ni dejes de ser gata, claro... Te quiero