¿Te acuerdas de cuando tenía menos
años
y me reía con un deje amargo de la
vida, pero con fuerza,
y tú contestabas a los desafíos que
te planteaba
y no nos importaba el mañana
porque lo enfrentaríamos poco a poco
y que pasara lo que tuviera que pasar?
¿Te acuerdas de cuando no tenías
arrugas en los ojos
y a mí las comisuras de los labios no
se me torcían
ligeramente hacia abajo
y éramos locos
y un nuevo día traía la promesa de
una nueva aventura
y una vez casi nos detiene la policía
y recogíamos autoestopistas al azar
y brindábamos con champán porque era
lo único que había
aunque a mí no me gustara y a ti
tampoco
y las dificultades desaparecían al
andar?
¿Te acuerdas de cuando aparecía en tu
portal
con una cerveza cualquiera
y tú me hacías pasar y me regañabas
porque te tenías que levantar temprano
y a mí me daba igual y me llamabas
desconsiderada,
y una vez construímos una cabaña
junto al lago
y en un descuido casi pegamos fuego al
bosque,
se incendió tu chaqueta y tuviste que
rodar por el suelo
mientras te besaba y llorabas porque te
quemabas
y porque a la vez te tiraba sin querer
tierra en los ojos?
¿Te acuerdas de cuando me invitaste a
una copa en la azotea
de un bar de moda y yo me reí por eso
y tú querías besarme, pero me intuías
herida
y no querías hacerme daño
y estuvimos debatiendo durante diez
minutos
sobre lo apropiado o no del hecho de
que nos besáramos
y al final me cansé de tanta
palabrería
y me reí porque parecía que para
acercarse a mí
hiciese falta echar una instancia?
¿Te acuerdas cuando trabajábamos en
cualquier lado
hasta altas horas de la noche si hacía
falta:
yo de camarera, tú limpiando barcos
y yo recogía gatos y más gatos ante
tu desesperación
y querías embarcarte en un viaje de
cien años
pero es que la arena del cajón felino
no dura ni dos semanas?
¿Te acuerdas cuando nos apropiamos de
una cama de matrimonio
porque dijimos que éramos más
indecentes que el resto
y por eso nos pertenecía,
la gente del Opus nos miraba con cara
rara,
y yo escribía poemas de amor malísimos
y tú te dormías sobre mi costado y te
daba mucho calor
y te aguantabas?
¿Te acuerdas de cuando te encerraste
en la cocina
y yo me aferraba a tu espalda y besaba
tu cuello
y la música flotaba a nuestro
alrededor
hasta que nos sobró la ropa y con
dulzura
me llevaste hasta la cama como un niño
travieso?
¿Te acuerdas cuando leíamos libros de
magia negra
intentando unir nuestras almas
aunque luego quisiéramos ser talibanes
científicos
y defensores del rigor a ultranza a
pesar de tener una oratoria
oportunamente engañosa y teatral
que nadie conseguía desbaratar
y nos inventábamos mentiras increíbles
y una vez le dijimos a tu hermano
que en realidad estuve dos años de
novicia
esperando entrar en una orden
y yo lo miré con mis ojos claros y
limpios
y él asintió creyéndome?
¿Te acuerdas de aquella ocasión en
que tu hijo
se subía a los bancos y yo le dije que
era una bruja
y por una vez juro que dije la verdad,
aunque él no pareció creérsela del
todo
y yo te miré y me besaste y fui,
simplemente, feliz?
¿Te acuerdas de aquella vez que me
llevaste a un bar de hippies
y no sabías cómo iba a reaccionar
porque me veías demasiado burguesa
-aunque te daba lo mismo en el fondo-
y yo me alegré de poder ser
espontánea,
de que nadie viniera a molestar a la mesa
y las velas nos acompañaban y hacía
frío
y yo no quise decirte que noviembre era
mi mes menos favorito?
¿Te acuerdas de cuando besé a tu
mejor amigo por error
y luego visitamos cada irlandés como
si fuera el último,
hasta que un día, sin saber por qué,
te fuiste y te llevaste un pedacito de
mí
y ahora tengo aún más miedo de los
ojos azules,
pero siempre recordaré los tuyos?
¿Te acuerdas de cuando te cacé en un
concierto
y me invitaste a una cerveza, aunque no
tenías un duro,
y yo estaba rota y aún así reí
contigo,
todos leyeron que había puesto los
ojos en ti
y cuando dijiste adiós se escuchó a
lo lejos
el beso que no nos dimos?
¿Te acuerdas de algo o tendré que
relegarlo a la ficción,
fingir que nada pasó,
o que esto le pasó a otra o lo soñé,
adimitiendo así que en esta vida,
más de lo que nos gustaría reconocer,
aquello bueno que nos pasa es sólo
cuestión de suerte?
Así que últimamente cada vez que quieras verme
no vuelvas a buscarme en el pasado.
Así que últimamente cada vez que quieras verme
no vuelvas a buscarme en el pasado.
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