Fijáos a vuestro
alrededor... ¿vosotros diríais que ésto es progreso? Poco a poco
van marcando el paso los hombres grises, las manos invisibles, los
señores del oligopolio; encorsetando aspiraciones, metas y sueños.
El conejo de Alicia se escapa a medida que avanza la deforestación.
Silencian nuestras lenguas y procuran vendar nuestros ojos con
cánticos de sirena. Adáptate o quítate de en medio, no ves que
entorpeces la escala hacia un mundo plano y decolorido donde la
cafeína no despierta demasiado y el alcohol no puede desatar pasiones
que no están ahí. Súmate al carro, suma basura, suma desencanto.
El desgaste, la guerra cotidiana es para los locos; tengo aquí un
sistema en el que, si renuncias a todo lo que eres, encajarás
perfectamente y se te permitirá vivir. Sé valiente, transfórmate en esclavo.
El consuelo para los
díscolos sólo lo encontramos mirándonos a los ojos unos a otros. Lo que resta es tiranía sin medias tintas, sin lugar
para la objeción, la cuestión, la certidumbre de que hay algo mejor
que no nos quieren dejar alcanzar.
Y mientras los tiempos en apariencia inmóviles se estancan en los corazones de muchos, unos pocos tendremos que optar por seguir agitando conciencias.
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