MERCURIO
Quisiera decirte muchas
cosas, chico, antes de irme. Hablarte de la mala fortuna del viajero
errante. Del retraso de los trenes. De las historias abruptas que
suceden en las estaciones de tren y luego desaparecen como si nada.
Déjame darte un consejo, hijo, debería advertirte de que antes de
partir llenes bien tu maleta. No se trata de que te lleves muchas
cosas, pues luego te sobrarán la mitad. No, no. Necesito que
entiendas esto muy bien. Coge sólo lo necesario, aquello sin lo que
realmente no puedas vivir. Haz bien tu maleta y revisa bien antes de
partir, no te dejes nada atrás. Esto es muy importante. Si dejas
algo atrás estarás siempre con la mente puesta en el lugar donde lo
dejaste, y toda falta volverá de forma recurrente para herirte. No
olvides lo importante nunca, escucha bien lo que te digo. Por eso
insisto en que debes elegir bien qué es lo que llevas contigo. Un
olvido puede ser funesto y llevar muchas cosas puede cansarte en el
camino y hacerte desfallecer un día en el que apriete demasiado el
sol. Hijo, no seas estúpido y haz bien tu maleta. Quédate sólo con
lo imprescindible y controla a la amiga fortuna, que no siempre es
buena compañera de viaje. Defiende las pocas posesiones que lleves
contigo, cuídalas y llévalas siempre con cariño. Cuando las
necesites, siempre estarán ahí para ti. Pero olvida todo lo demás.
Olvídalo, porque el exceso de equipaje hará que tropieces una y
otra vez en el camino. Y para hacer algo bien en la vida es
importante que marques bien tus pasos. Quisiera decirte muchas más
cosas, pero he de partir. Mi tren me espera y no puedo llegar tarde,
o lo perderé. Te deseo, chico, lo mejor que puede desearle un viejo
marino a un joven estudiante.
VENUS
Estás tan cerca que casi
puedo sentir tu calor. Tu calor es como tus palabras. Tienen esa
indiscreta sutileza de atraerme suavemente para volver a dejarme
sobre la acera. La única vez que me abrazaste, casi en un descuido,
procuré inspirar en profundidad para poder retener algo de tu aroma
y así desmenuzarlo entre los dedos en la soledad de mi habitación.
Pero no dejas ninguna huella que poder recordar más tarde. Eres un
estallido, una tormenta que se desata de repente sin saber cuándo va
a cesar. Me gusta mirarte desde lo lejos de tu cercanía y ver cómo
disfrutas haciendo malabares con las palabras que sí puedan
modificar tu realidad. Me encantaría cometer tantos excesos a tu
lado que cuando te veo siento que no puedo ni tocarte. Intento
aprender a sostenerte entre los dedos para que sean caricias que no
puedan romperte más. Algún día me consumiré en las sombras, no a
tu imagen pero sí a tu semejanza. Entre tanto qué les importa a los
vivos a qué jueguen dos fantasmas.
TIERRA
¿Sientes el aire fresco
abriéndose paso a través de la ciudad? Cierra los ojos y fíjate
cómo te mece. Te transporta a tiempos mejores ¿no es cierto? La
electricidad filtrándose bajo tu falda y tú, allí, con los ojos
brillando de emoción. Con todas las posibilidades en la mano,
sintiéndote la única. Ah... ojalá pudiera decirte que todo va a ir
bien.
MARTE
Un disparo. Silencio.
Ella dispara, por si acaso, tres veces más. Siempre dispara antes de preguntar, por miedo. No sentía especial
predilección por las armas de fuego, pero decidió hacerse pirata y
aquí la tienes, manejando un trabuco más grande que su brazo.
Siempre fue tan pequeña. Tan pequeña. Los demás siempre habían
hecho amago de pisarla y aquí está con su sombrero, el hombro
sangrando con rasguños que ella misma se ha producido con la furia
del encuentro. Un encuentro de sólo una, en realidad. El cadáver
está sobre el suelo. Un río de sangre mancha su bota izquierda. A
su víctima ni siquiera le dio tiempo a ver quién era. Ella fue más
rápida. Sin embargo hay algo que la inquieta. El cadáver que está
en el suelo tiene tres rasguños en el hombro y su sombrero. Se
acerca muy despacio y se agacha, aparta el largo pelo de la cara de
ese cuerpo que yace sin vida, ahogando un grito en la garganta cuando
descubre que quien ha muerto ese día es ella.
JÚPITER
Que te abandonen es una
putada, pero que te abandonen ya cumplidos los diez años, sin
dientes y en la calle es una cabronada que no tiene nombre. Te lo
digo yo, que soy perro viejo. Apenas podía masticar la bazofia
inmunda que me daba mi dueño. Hacía años que no me alimentaba como
era debido. Me tenía atado todo el día frente a su casa, así que
no tenía posibilidad de huir. Hace un par de años abracé el
existencialismo y desde entonces no he vuelto a ser el mismo. No,
señor. De todos modos qué más da, mi vida ha ido de mal en peor.
De qué sirve la libertad cuando comprendes la crueldad del corazón
humano. Libertad para fastidiar al prójimo, de eso se trata. ¿Para
eso tanto ensayo sobre la libertad? Más os valiera crear una bomba
tan grande que nos matase a todos. Sobre todo a vosotros, gusanos,
traicioneros, cabrones, malnacidos. Pienso morderle el culo a
cualquier desgraciado que se me acerque. Y qué haréis con un
rebelde del sistema, un callejero sin patria como yo... ponerme una
inyección en una perrera asquerosa si tengo suerte y mandarme al
otro barrio. Os merecéis lo peor, porque os habéis convertido en
los tiranos de la naturaleza. Y os voy a decir otra cosa... ¡oh, una
galleta!
SATURNO
Cuántas cosas sabe la
Luna. Probablemente ha tenido oportunidad de ver lo mejor y lo peor
de cada uno de nosotros. Todas las noches puntual a su cita, me hace
recordar que, mientras ella tiene todo el tiempo del mundo, yo no. Y
me mira desde ahí arriba y me ve siempre un poquito más vieja, un
poquito más sabia, un poquito más cansada. Mientras el tiempo
destruye lo que hemos creado día a día, ella siempre está tan
malditamente perfecta como de costumbre. Y a veces la odio. La odio
porque tiene algunas de las cosas que desearía como... perspectiva.
Una perspectiva más completa de las cosas. Una perspectiva de varios
milenios que me haga conceder a cada historia su importancia, en su
justa medida. No puedo evitar entristecerme al pensar que
probablemente a ella le dé todo igual, y todo el mundo sabe que sin
respuestas las preguntas se agolpan en las sienes consiguiendo que el
corazón lata más rápido, haciéndonos cada vez más viejos, más
sabios y más cansados.
URANO
Hola. Soy el 13.233HK.
Número uno de mi promoción. Estoy aquí para servirle. Me
programaron para establecer patrones de conducta humanos. Así sabré
de quién se puede fiar usted. Señor. Procederé a la toma de
variables mientras usted ingresa los parámetros correspondientes
para efectuar la evaluación. Sí. Error.
Los parámetros introducidos no corresponden con las variables
tomadas en la última media hora. Procederé a informarle acerca de
los datos descubiertos. PIP. PIP.
Recuento
del día de la señora Ashton
10:00
Café con amigas, Carla Star y Phillipa Leuvert.
10:30
Salida para realizar compra de comestibles.
11:15
Visita a peluquería.
---------
NON DATTA SELECTED TWISTED FAKE 2342342
3456
3456
567
256
PIP.
Los
datos señalan un cambio en el horario habitual. La señora Ashton ha
visitado exactamente cuatro veces la peluquería, tres veces más de
lo que suele acontecer. PIP. Con el pintalabios recogido de su
camisa, el informe en el que explica que el señor Ashton es estéril,
las hormonas recogidas de sus cinco sujetadores de los viernes y una
revisión de su agenda, puedo afirmar con una probabilidad de éxito
del 98,5% que la señora Ashton está teniendo una aventura.
ME
CAGO EN LA PUTA CON LA SEÑORA ASHTON.
Joder,
¡Marie! Ven aquí ahora mismo. El robot que me regalaste para
Navidad me dice que me estás engañando con una mujer. ¡Marie! ¿Me
quieres explicar por qué me dices que vas a la peluquería cuando no
es así? ¿O es que acaso te ves allí con tu amiguita? Marie,
¡responde!
…
PIP.
NEPTUNO
Métemela
muy adentro, así, hasta dejar un cerco de sudor en las sábanas.
Quiero que me folles como si te fueses a morir mañana. Estoy harta
de esperar. De esperarte. Siempre he querido hacerlo encima de la
cómoda, ¿por qué no me follas encima de la cómoda? Déjame
esnifar, es sólo un momentito.
Bien,
vale, escucha.
Voy a
hacer descender mi lengua desde tu oído hasta el final de tu
garganta mientras introduzco mi mano en tu pantalón. Te la tocaré
despacio mientras te beso y, en un descuido, mi lengua empezará a
descender despacio por tu torso. Te quitaré los pantalones, ¿siempre
llevas vaqueros tan anchos? Se te está poniendo tan dura que casi la
puedo escuchar latiendo de impaciencia. Con lo minucioso y expeditivo
que eres para tantas cosas y ahora sólo te dejas hacer. Pero no, hoy
no quiero que te dejes hacer. Hoy quiero que me toques, que hundas tu
lengua tan profundamente entre mis piernas que sólo sea capaz de oír
mi propia respiración agitada. Nadie me había dado jamás besos tan
dulces en los labios. En los dos, se entiende. Ya sé que volverá a
pasar un mes o dos hasta que me vuelvas a llamar. ¿Echas en falta
alguna de mis caricias? A menudo yo sí que echo de menos hundir las
manos en tu pelo. Que te corras despacio en mis mejillas...
...en
realidad el polvo me da igual.
Sólo
quiero escuchar tu cuerpo tiritando junto al mío.
PLUTÓN, NI SIQUIERA ERA UN PLANETA
Sabes,
en lo más profundo de tu alma, que ya nada será igual. Los amaneceres tendrán un tinte más oscuro y gélido.
No sabría explicarte cómo es el mundo desde que te has ido. Si es
mejor o peor. Tal vez morirte es lo mejor que podías hacer. Todo de
golpe. Quizá la loca de tu ex mujer te guarde rencor, pero a mí me
da igual. Ya estás muerto, sobre todo para mí. Tanta pasión y
entrega nos tenía que matar. Y nos mató. Más a ti, por suerte o
por desgracia.
Qué será lo que ves desde el otro lado.
Quizá
puedas ver las montañas desde allí arriba.
Tal
vez cuando veas el Mondúver y los rastros que deja el ocaso en el
cielo te vengan imágenes de lo que supuso el naufragio de nuestra
piel.
Louis
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